martes, 3 de noviembre de 2009

Un poeta: e.e. cummings



Antes de continuar los post sobre Las nieblas de Avalon, quiero mencionar a un poeta que me parece muy interesante, por su gusto por la búsqueda de un estilo propio, alejado de todo academicismo. Edward Estlin Cummings (1894-1962) fue un poeta estadounidense con una extensa obra, que publicó varios libros de poemas, una obra de teatro, un diario de viaje, novelas...

Lo que más le caractizaba era el uso completamente libre de la puntuación, que utilizaba a su antojo, al igual que la sintaxis y la estructura casi caótica de sus poemas, algo que ha provocado que pocos traductores se atrevan con su obra. Esto no le impidió ganar bastantes premios a lo largo de su vida. Aquí dejo dos poemas suyos:

Llevo tu corazón conmigo
llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón)
nunca estoy sin él. (donde quiera que voy vas tu, querida mía.
y lo que sea que yo haga es tu obra, encanto)
no temo
al destino (ya que vos sos mi destino, mi dulce) no quiero
ningún mundo (porque hermosa
vos sos mi mundo, mi certeza)
y eso es vos sos lo que sea que una luna siempre pretendió
y lo que sea que un sol cante sos vos
este es el secreto mas profundo que nadie conoce
(esta es la raíz de la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida que crece más alto de lo que el alma puede esperar o la mente ocultar)
y es la maravilla que mantiene a las estrellas separadas
llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón)


En algún lugar al que nunca he viajado,
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
En tu gesto más frágil hay cosas que me rodean
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.
Con solo mirarme, me liberas.
Aunque yo me haya cerrado como un puño,
siempre abres, pétalo tras pétalo mi ser,
como la primavera abre con un toque diestro
y misterioso su primera rosa.
O si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos hermosa, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier.
Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y a la eternidad con cada respiro.
Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
pero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas...
Nadie, ni siquiera la lluvia tiene manos tan pequeñas.

1 comentario:

  1. Hola quisiera saber si conoces algun autor publicado que haya hecho traducciones de ee cummings puesto que estoy buscando alguno y no encuentro ninguno.
    muchas gracias!

    ResponderEliminar